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Torneo de las Naciones de París - 1924

Datos sobre el torneo
Grupos preliminares
La Final
Grupo Consuelo
Resultado por Naciones
Reseña de la Olimpíada por Luis Palau

Datos sobre el torneo

Logo Olimpíada de Paris 1924 La primera Olimpíada de ajedrez se desarrolló en el año 1924 durante los días 12 y 20 de Julio. Se jugó en el Hotel Majestic y coincidió con los juegos olímpicos de verano que se desarrollaban en la misma ciudad. En total participaron 54 jugadores de 18 naciones. Pierre Vincent fue el Presidente del Comité Organizador y Alexander Alekhine el director de la competencia.

Si bien la competencia no formó parte de la Olimpíada oficial, se aplicaron las reglas de no profesionalismo que existían para los Juegos Olímpicos. Si bien este torneo no puede ser considerado como una olimpíada oficial de ajedrez fue el primero en su tipo y se conoce como la Olimpíada de París.

Había en esos ñaños un deseo de medir la fuerza relativa de las distintas naciones. No era tarea fácil ya que no existía ningún órgano internacional que nuclearse a las distintas federaciones nacionales. Es así que se toma la iniciativa de formar un órgano internacional, una Federación Internacional de Ajedrez. Con ese propósito y el de jugar un torneo por equipos se organiza el evento de París. La iniciativa fue en realidad de Capablanca, entre otros, y muchas federaciones mandaron a sus delegados y jugadores.

Pero como no todas las federaciones pudieron mandar un equipo completo de 4 jugadores se decide hacer un torneo individual que se denominó "Campeonato Mundial de Ajedrez Amateur".

La competencia se llevó a cabo en dos etapas. Para la primera etapa se formaron 9 grupos eliminatorios. Cada grupo con seis jugadores y evitando que competidores del mismo país jugasen en el mismo grupo.Los ganadores de cada grupo adquirían el derecho a participar en la final. El resto de los jugadores jugó un torneo por sistema suizo a 8 rondas, aunque parece que las reglas que se aplicaron no eran las mismas que se aplican hoy.

Los delegados fundadores de la FIDE Desgraciadamente muchos de los jugadores más importantes de esa época no asistieron a esta competencia, pero estuvieron Max Euwe, Havasi, Colle, Koltanowski y Apsenieks, entre otros.

El 20 de Julio, el último día del evento, se reunieron los delegados de todos los países para firmar una declaración conjunta. En esta declaración se proclama la creación de la FIDE, Fédération Internationale des Échecs, y su primer presidente fue el Doctor Alexander Rueb de Holanda. El motto de la FIDE fue desde sus comienzos “Gens una sumus”, es decir: somos una sola familia.

Los 15 delegados fundadores de la FIDE fueron: Abonyi (Hungría), Grau (Argentina), Gudju (Rumania), Marusi (Italia), Nicolet (Suiza), Ovadija (Yugoslavia), Penalver y Zamora (España), Rawlins (Gran Bretaña), Rueb (Países Bajos), Skali?ka (Checoslovaquia), Smith (Canadá), Towbin (Polonia), Tschepurnoff (Finlandia), Vincent (Francia) y Weltjens (Bélgica). La Fide se fundará oficialmente, como organización, al año siguiente en el Congreso de Zurich.


Grupos preliminares

Hubo ciertas sorpresas en los grupos preliminares como la eliminación del belga Koltanowski en el grupo que finalmente ganó el húngaro Vajda. El triunfo de Golmayo en el grupo 6 también fue sorpresivo. Apšenieks y Tschepurnoff fueron los únicos que ganaron las cinco partidas en sus respectivos grupos.

Grupo 1

El ganador fué Hermanis Matisons de Letonia con 4 puntos. Damián Reca terminó segundo e invicto con 3½ puntos. En este grupo participó la única mujer del torneo: la legendaria Edith Holloway de Gran Bretaña.

Pos.JugadorPaísPuntos
1Matisons, HermanisLetonia4
2Reca, DamiánArgentina
3Hromádka, KarelChecoslovaquia3
4Sterk, KárolyHungría3
5Mrs. Holloway, EdithGran Bretaña1
6Jonet, F,Bélgica½
Grupo 2

El ganador fué Arpad Vajda de Hungría con 4 puntos. George Koltanowski de Bélgica terminó segundo a sólo ½ punto. Los otros jugadores fueron:. Oskam, Gerard (Holanda, 2½), Rozic, Kosta (Yugoslavia, 2½), Cenni, Giovanni (Italia, 1½) y Piltz, Karol (Polonia, 1).

Grupo 3

El ganador del grupo fué Max Euwe aunque Grau debió haberse clasificado ya que terminó con 3½ después de haberle ganado al mismísimo Euwe. Si no se clasificó fue porque perdió valiosos puntos al final cuando iba liderando el grupo en solitario. Perdió ante el español Martín y Llovet y empató con el italiano Milani que finalizó último.

Pos.JugadorPaísPuntos
1Euwe, MachgielisHolanda4
2Grau, RobertoArgentina
3O'Hanlon, JohnIrlanda3
4Martín y Llovet, ValentínEspaña
5Loewenton, LeónRumania
6Miliani, LuigiItalia½
Grupo 4

El ganador del grupo fue el belga Edgard Colle con 4 puntos. Fue seguido por Naegeli, Oskar (Suiza, 2½), Rosselli del Turco, Stefano (Italia, 2½), Behting, Karl (Letonia, 2), Steiner, Endre (Hungría, 2) y Malmberg, Erik (Finlandia, 2).

Grupo 5

Este grupo fue ganado por el letón Fricis Apsenieks que ganó las cinco partidas disputadas. Lo siguieron Daniuszewski, Dawid de Polonia y Zimmermann, Otto de Suiza con 2½ puntos. Vanek, Karel de Checoslovaquia con 1½ y Smith, Stephen Francis de Canadá con ½ punto cerraron el grupo.

Grupo 6

Golmayo de la Torriente El inesperado ganador de este grupo fue el español Manuel Golmayo De la Torriente que contabilizó 4 puntos. Su puntaje fue igual que Jan Schlutz de Checoslovaquia pero se clasificó para la final por mejor mejor puntaje por en sistema Berger. Kohn Stanislaw (Polonia, 2½), Gudju, Ion (Rumania, 2½), Valentín Fernández Coria (Argentina, 2) y Wreford Brown , Charles (Gran Bretaña, 0) completaron el grupo.

Pos.JugadorPaísPuntos
1Golmayo De la Torriente, ManuelEspaña4
2Schlutz, Jan Checoslovaquia4
3Kohn Stanislaw Polonia
4Gudju, IonHungría
5Fernández Coria, ValentínArgentina2
6Wreford Brown, CharlesGran Bretaña,0
Grupo 7

Anatol Tschepurnoff de Finlandia ganó las cinco partidas y terminó primero con 5 puntos. Lo siguieron a distancia Davidescu, G. (Rumania, 3½), el pintor francés Marcel Duchamp con 2. Kleczynski, Jerzy de Polonia, Cahn, Viktor de Rusia y Reub, Alexander de Holanda cerraron el grupo todos con 1½ puntos.

Grupo 8

Este grupo fue ganado con relativa facilidad por el jugador húngaro Kornél Havasi que obtuvo 4½ puntos. Voellmy, Erwin (Suiza, 3½), Renaud, Georges (Francia, 3), Rey Ardid, Ramón (España, 2½), Potemkine, Peter (Rusia, 1) y Lancel, Edmond (Bélgica ½)) completaron el grupo.

Grupo 9

Luis A. Palau de Argentina y Massimiliano Romi de Italia finalizaron primeros con 3½. El triunfo fue adjudicado a Palau por mejor puntaje en el sistema Berger.

Pos.JugadorPaísPuntos
1Palau, Luis ArgentinoArgentina
2Romi, MassimilianoItalia
3Skalicka, KarelChecoslovaquia3
4Johner, HansSuiza2
5Handasyde, H. KGran Bretaña
6Gibaud, AiméFrancia


La partida decisiva entre Colle y Matisons

La final

La final comenzó con un Golmayo en gran forma y que se mantuvo en el liderato hasta la tercera ronda. Colle, Havasi, Tschepurnoff y Euwe comenzaron a remontar posiciones y en la ronda 6 eran Euwe y Tschepurnoff los que lideraban la competencia. Aparentemente perdieron la calma ya que jugaron muy mal al final del torneo y cayeron muchas posiciones. Colle podría haber empatado a los jugadores letones en el primer puesto si le hubiese ganado a Matisons en la última partida. Pero no lo hizo y el joven jugador letón Hermanis Matisons fue proclamado Campeón del Mundo Amateur. Apšenieks obtuvo la medalla de plata y Colle la de bronce.

Palau tuvo un comienzo horrible en la final. Perdió las tres primeras partidas ante Colle, Matisons y Apšenieks. A partir de allí no vuelve a perder y logra dos importantes triunfos, uno ante Euwe y el otro ante Havasi. Seguramente la falta de fogueo internacional y el viaje estuvieron en contra de su talento.

Pos.JugadorPaísPuntos
1Matisons, HermanisLetonia
2Apsenieks, FricisLetonia5
3Colle, EdgarBélgica
4Vajda, ArpadHungría4
5Euwe, MaxHolanda4
6Tschepurnoff, AnatolFinlandia4
7Palau, Luis ArgentinoArgentina
8Golmayo De la Torriente, ManuelEspaña3
9Havasi, Kornél Hungría


Grupo consuelo

Karel Hromádka El resto de los jugadores, 45, disputó un torneo consuleo a ocho rondas por sistema suizo. El checo Hromádka lo ganó sin problemas delante de su compatriota Jan Schulz y Voellmy de Suiza. El ganador recibió una medalla de oro como la del grupo final.

Lo curioso fue que para determinar las posiciones se sumaron los puntos del grupo preliminar a los obtenidos en este torneo. Esto fue en desmedro de jugadores como el letón Karl Behting que había tenido una muy mala actuación en su grupo pero que ganó 6 puntos en el torneo consuelo.

La actuación de los argentinos fue buena. Grau se permitió ganarle a Euwe y terminó cuarto, puesto compartido con Koltanowski, Behting, y Renaud. Reca finalizó octavo compartido a 2 puntos del líder y a medio de Grau. Hay que reconocer que le tocó jugar contra los mejores jugadores del torneo consuelo: Hromádka y Behting, contra los que perdió.

Pos.JugadorPaísPuntos
1Hromádka, KarelChecoslovaquia
2Schulz, JanChecoslovaquia9
3Voellmy, ErwinSuiza
4Grau, RobertoArgentina8
4Renaud, GeorgesFrancia8
4Koltanowski, GeorgeBélgica8
4Behting, KarlLetonia8
8Reca, DamiánArgentina
8Steiner, EndreHungría
8Cenni, GiovanniItalia
8Sterk, KárolyHungría
8Zimmermann, OttoSuiza
8Daniuszewski, DawidPolonia


Resultado por Naciones

Finalmente se alineó a las naciones teniendo en cuenta la cantidad de puntos obtenidos por cada uno de sus jugadores. Criterio totalmente arbitrario que no podía dar una medida de la verdadera fuerza ajedrecística de las naciones ya que no todos los países habían ido con la misma cantidad de jugadores y además muchos había jugado contra compatriotas. De cualquier manera se quería obtener un resultado por equipos y se decidió sumar los puntos de todos los jugadores, de los grupos preliminares, la final y el grupo consuelo. El resultado dio la siguiente tabla de posiciones.

Es de destacar que Checoslovaquia que obtuvo la mayor cantidad de puntos no había logrado ubicar a ningún jugador en la final del torneo individual. Su posición final se debe fundamentalmente al excelente resultado de sus jugadores en el débil torneo consuelo.

PosiciónPaísPuntos
1Checoslovaquia31
2Hungría30
3Suiza29
4Argentina27,5
4Letonia27,5
6Italia26,5
7Francia25,5
7Polonia25,5
9Bélgica24
10España19
11Holanda18,5
12Rumania18
13Finlandia15
14Inglaterra12,5
15Irlanda8,5
16Canadá5
17Rusia4,5
18Yugoslavia 2,5

Es interesante destacar la pobre actuación de naciones como Rusia y Yugoslavia que un par de décadas después serían grandes potencias mundiales.

Fuente: YuBase, y OlimpBase


Reseña de la Olimpíada de París 1924

por Luis A. Palau en 1960

Los jugadores ne foto de grupo El ajedrez es un juego silencioso. Tanto, que sus éxitos son olvidados hasta por quienes oficialmente tienen la obligación de destacarlos. Esta es, si se quiere, una reflexión amarga, pero justificada. Al cumplirse 25 años de las Olimpíadas de 1924, la Confederación Argentina de Deportes realizó un homenaje a los viejos deportistas que intervinieron por primera vez en representación de nuestro país en tan magna competencia, y el ajedrez no estuvo presente porque no se acordaron de él. Y hace pocos meses, al cumplirse 35 años de aquel acontecimiento, otra vez se organizó un acto similar, y otra vez estuvo ausente el ajedrez.

Convendría que los que están en puestos directivos refrescaran sus conocimientos del deporte. Y no tiene asidero el argumento de que el ajedrez no está incluido en los juegos olímpicos. Es así; pero desde el año 1924 hasta ahora siempre se han realizado torneos mundiales por equipos, como un apéndice, conjuntamente con las Olimpíadas. Y hay motivo más que suficiente como para recordar la excelente actuación del equipo argentino de ajedrez en el torneo mundial realizado en París en 1924.

Fue aquélla la primera vez que un conjunto argentino iba a Europa para medir fuerzas con los veteranos del tablero, a los que todos mirábamos con gran admiración y respeto. Integraron el equipo nacional Roberto Grau, Damián Reca, Valentín Fernández Coria y Luis Palau, y nuestro comportamiento demostró que el ajedrez argentino no estaba en pañales ni mucho menos.

Llegamos a París pocos días antes de comenzar el campeonato mundial por equipos, y nos dedicamos a conocer los sitios clásicos del ajedrez y muy especialmente el famoso café "La Regence", por el que pasaron tantas glorias del tablero. Nos hicimos camaradas de Alekhine y, por supuesto, de los cuatro muchachos españoles. Frecuentamos los clubes y conocimos a los hermanos Lazard, jugadores y problemistas de nombre. Tuvimos ocasión de jugar varios torneos de ajedrez rápido con Alekhine, Lazard, Renaud, Gibaud, etc., y los resultados sirvieron para animarnos en nuestra futura actuación.

Recuerdo que lo primero que nos preguntaron en los centros de ajedrez era que por qué motivo no había ido a Europa Arnoldo Ellerman, pensando que como jugador práctico sería tan extraordinario como lo era en el arte del problema. El hecho es que al hablar de la Argentina, los ajedrecistas europeos lo primero que recordaban era el nombre de Ellerman, y es que ya entonces estaba considerado como uno de los mejores problemistas del mundo. Realmente un hecho muy halagador.

Durante nuestra estada hubo algunos episodios graciosos. Cierto día se le acercó a Reca un transeúnte y le preguntó sobre una determinada "rue" y a las pocas palabras se reconocieron como argentinos. Se trataba de uno de los boxeadores integrantes de la delegación de nuestro país y que hoy en día es un destacado actor teatral y cinematográfico: Pedro Quartucci.

En otra ocasión, en una tertulia en un club de ajedrez, nos preguntaron si en Buenos Aires había ya luz eléctrica. Reca contestó: "recién la están colocando…"

En fin, éstas y muchas otras pequeñas cosas hacen inolvidables esos viajes.

Pero llegó el día de empezar el certamen y con enorme emoción, pero con la firme voluntad de realizar el máximo esfuerzo, nos decidimos a enfrentar a los representantes de 18 naciones.

Roberto Grau, indiscutiblemente uno de los ajedrecistas más completos que ha tenido nuestro país, fue el que brindó a la afición argentina la primera satisfacción. En una lucha emocionante, que fue observada por gran cantidad de aficionados, venció al Dr. Max Euwe, quien pocos años después conquistó el campeonato mundial de ajedrez. La efervescencia que tal triunfo produjo en Buenos Aires fue extraordinaria, pero hechos inmediatos mostraron que no se trataba de un caso esporádico. Al día siguiente, el autor de estas líneas jugó una partida brillante, de las mejores de su carrera ajedrecística, frente al maestro italiano Romih. Alejandro Alekhine, que actuaba como director del certamen, estaba observando dicha partida y retó a mi adversario por un alocado ataque que había organizado con los peones, diciéndole que eso era propio de jugadores de café.

También citaré, como muy significativo, el siguiente hecho: jugaba Fernández Coria una partida cuya posición ofrecía bastante dificultad por lo compleja, y en cierto momento, ante el peligro de que Coria perdiese la dama mediante un jaque doble que su rival estaba amenazando, nos detuvimos frente al tablero Grau, Reca y yo, observando nerviosamente el juego. Con cualquier palabra, aún en forma indirecta, habríamos podido llamar la atención de nuestro compatriota. Pero permanecimos en silencio, como correspondía. Fernández Coria no advirtió el peligro y cometió un error que le hizo perder la partida.

Tanto Reca como Fernández Coria jugaron partidas de gran valor y nuestro equipo, ante una general extrañeza, se mantuvo en las posiciones de honor durante todo el transcurso de la competencia. Al finalizar las pruebas preliminares, conquisté una nueva satisfacción para mi Patria. Me clasifiqué finalista olímpico, mientras que Grau, con una lamentable ofuscación, perdió injustamente su derecho a serlo al ser vencido por el español Valentín Marín.

Y en la parte final del torneo, como digno remate a una brillante actuación de conjunto, derroté al doctor Max Euwe. Este correcto caballero, una de las figuras más simpáticas del ajedrez mundial, comentó risueñamente: "Está probado que yo debo evitar todo encuentro con jugadores argentinos".

Concluyó la gran competencia internacional y la Argentina se clasificó en el cuarto puesto, aventajando a los equipos representativos de 14 naciones. Esta actuación nos proporcionó enorme satisfacción y produjo en nuestro país indescriptible entusiasmo.

Y en la ceremonia final, que se realizó en París, los representantes de tantas viejas generaciones vieron izarse una bandera azul y blanca, quizá para ellos hasta entonces desconocida, y le tributaron calurosos aplausos ante la explicable emoción de cuatro muchachos argentinos.

Era el premio a un extraordinario esfuerzo que no hay derecho a olvidar.

Fuente: Nuestro Círculo, no 80 y otras