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La época de transición

Es siempre difícil dividir la historia en períodos, ya que la actividad humana es un flujo constante sin límites precisos. Pero parecería existir un cambio nítido en el ajedrez argentino a partir de la década del 60. Por eso he agrupado los hechos de las décadas del 60-70 en un mismo período que he llamado de transición.

Durante este período el ajedrez argentino entra en un suave, pero marcado, declive. A mi modo de ver las razones fundamentales son dos:

  el natural declive de los grandes jugadores de las dos décadas anteriores, y
  la falta de una nueva generación que pueda reemplazar con el mismo éxito a esa generación saliente.

Al hablar de declive es importante recalcar que no es algo que se da de golpe, sino más bien es un retroceso lento de ciertas figuras que por razones de edad lógicamente rinden menos que antes. A esto se suma la decisión personal de Panno de retirarse de la práctica activa del ajedrez por un período de casi 10 años después del Interzonal de 1958, debiendo haber sidol, por razones de edad y de haber nacido en el país, el líder natural de esa generación de recambio.

Después de la guerra, durante la llamada guerra fría, Europa retoma su rol hegemónico en el ajedrez mundial de occidente. Los mejores torneos se organizan allí. Al mismo tiempo, este período se caracteriza por una marcada disminución de la cantidad y jerarquía de torneos internacionales organizados en el país. Esto conlleva una seria desventaja para los jugadores locales alejados de la competencia internacional. Lo cual influye en el recambio generacional que debió haberse dado en este período. La generación que debe reemplazar a los grandes jugadores de los 40 y 50 nunca aparece.

Esto se puede ver claro cuando se mira la lista de nuevos GM durante este período. Carlos Guimard y Hector Rosetto reciben sus títulos de GM en 1960, lo cual es más una confirmación de lo hecho durante los 50 que una real medida de la fuerza ajedrecística actual del país. Otros dos grandes jugadores reciben el título de GM en: Julio Bolbochán (1977) y Raúl Sanguinetti (1978). Pero esto es más un reconocimiento tardío a su nivel de juego que a la evolución del ajedrez nacional en eos años. Hay que recordar que se aplican nuevas reglas para obtener el título de GM a partir de esos años.

La única exepción a esta falta acuciada de nuevos valores argentinos a nivel internacional es Miguel A. Quinteros que obtiene el título de GM en 1973. Quinteros es el primer jugador argentino que se plantea de forma seria la posibilidad de convertirse en un profesional del ajedrez. Quizá sea ese su mayor mérito. Quinteros no espera que se organicen torneos a nivel nacional y se lanza, sin muchos recursos pero con el aval de Bobby Fischer, a competir en Europa. Y así logra su título.

Más tarde Quinteros realizó una gira de exhibición por Sud Africa que generó una reacción muy negativa del lobby anti-apartheid de la FIDE. El gran maestro argentino se opuso a la crítica diciendo que ganaba más dinero jugando en Sun City y Cape Town que lo que podía ganar jugando todo un año en torneos regulares. Estos comentarios no fueron bien recibidos por la FIDE y Quinteros fue sancionado con una prohibición de competir en torneos de ajedrez durante tres años. Incluso se debatió una propuesta para sancionar a Quinteros de por vida, pero fue rechazada por ser contraria a los estatutos de la misma FIDE.

Claro que hay éxitos como los triunfos de Najdorf en La Habana 1962, Mar del Plata 1965, y su tercer puesto en Santa Mónica, Los Angeles (USA) en 1963. También es cierto que Argentina participa con buenos resultados en las olimpíadas, pero en general la tónica es de una participación internacional mucho menor y sin grandes éxitos.

Argentina consigue organizar la final del Torneo de Candidatos en 1971 entre el joven americano Bobby Fischer y el GM soviético Tigran Petrosian. Es un duelo muy esperado por toda la afición mundial y el encuentro convierte a Buenos Aires en la capital mundial del ajedrez durante todo un mes. Ver nota sobre la final del Torneo de Candidatos 1971.

Otra competencia internacional que significó mucho para el desarollo del ajedrez en este período es la Olimpíada de 1978 organizada en Buenos Aires. En ella Argentina presenta dos equipos, A y B, y se le brinda la oportunidad a muchos jugadores jóvenes de participar de igual a igual con las grandes figuras del momento.